sábado, 13 de febrero de 2021

MUJER Y DEPORTE

 El número de mujeres que practican deporte en la actualidad o que siguen con atención los eventos deportivos no para de aumentar. La disrupción se produjo en la década de los 70 y fue en las escuelas donde se fraguó.

261

¿Te dice algo ese número?

Si la respuesta es no, presta atención. En 2018 es habitual ver a miles de chicas disputando los grandes maratones del mundo, desde Nueva York hasta Berlín pasando por Madrid. Pero esto no fue siempre así. El 19 de abril de 1967, Katherine Switzer cambió la historia al burlar la prohibición que impedía a las mujeres competir en un maratón. Lo hizo, además, en el más antiguo del mundo —el maratón de Boston— y no solo lo corrió, sino que lo terminó en 4 horas y 20 minutos pese al boicot de los organizadores. La propia Katherine lo recordaba así en declaraciones a la BBC: "Me tomó por los hombros —se refiere a Jock Stemple (codirector de carrera)—, me empujó y trató de quitarme el dorsal del pecho". Ese dorsal era el 261 y desde ese día se convirtió en símbolo de la igualdad.

Deportistas como Yelena Isinbayeva, Serena Williams o Laure Manadou tomaron el testigo de pioneras como Katherine Switzer, Nadia Comaneci o Larissa Latynina y, actualmente, casi el 50% de la población femenina mundial se muestra interesada en el deporte.

¿Qué impulsa a las mujeres a hacer deporte? 

Las respuestas más habituales tienen que ver con la salud y los beneficios emocionales: aliviar el estrés, perder peso, sentirse bien con una misma, conectar con gente afín o salir de casa. Y los deportes más practicados son el running y el ciclismo. La principal diferencia respecto a las motivaciones de los hombres es que ellos suman una variable a lo anterior: la competitividad. En relación a las barreras, emergen palabras como el miedo al fracaso, la vergüenza, los gastos o las lesiones. También mencionan salir de la zona de confort como un hándicap, pero eso no puede ser una barrera sino una motivación.

Solo hace falta cambiar el chip porque el deporte hace tiempo que dejó de ser sólo cosa de hombres.



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