Pasar tiempo en familia, es algo que todos recomiendan, pero cuando están de por medio que si la Tablet, el televisor, el móvil… eclipsando así los momentos para compartir...
Pero cuando salimos al campo, aunque traslademos algún aparato, la naturaleza hace su bello trabajo de acercarnos, porque debemos concentrarnos en nuestro alrededor, donde los niños comienzan a asomar su eterna curiosidad, preguntando: mamá qué es esto, papá por qué…
Beneficios del senderismo en niños
Para hacernos una idea de como el senderismo puede contribuir al desarrollo de los más pequeños, podríamos pensar en algunos de sus beneficios más importantes:
Beneficios físicos:
- Combate la obesidad y el sedentarismo.
- Incrementa su sistema circulatorio y fortalece su corazón.
- Acrecienta la entereza física.
- Mayor y mejor desarrollo del equilibrio y la motricidad al topar con pequeños impedimentos como piedras o riachuelos en el recorrido.
- Su sistema inmunitario mejora NOTABLEMENTE al estar sumergido en un entorno natural y sin contaminación.
- Les ayuda a minimizar sus niveles de estrés, y así, entre otras cosas, dormir mejor.
Beneficios psíquicos y emocionales:
- Pueden disfrutar de una mayor autonomía, ya que existen menos normas de conducta que le permiten intercambiar con mayor libertad tomando decisiones propias.
- Ayuda su autoestima.
- Aumentan la creatividad. La separación de juguetes y tecnología obliga a que aumente su creatividad inventando juegos con su entorno
- Mejora mucho su nivel de bienestar.
También podemos aprovechar el senderismo para inculcar a nuestros hijos valores como la cooperación, repartiendo las tareas para llevar la comida, buscar el agua o localizar el mejor lugar para descansar. La familia unida o unos cuantos amigos en comunión con la naturaleza. Sin duda, el senderismo es una de las mejores actividades para descubrir el valor de la amistad, del cariño y del esfuerzo compartido.
Cómo disponer la salida
Para que nuestro recorrido al campo sea una actividad deliciosa para los niños y los adultos debemos de planear con anticipación una ruta que los niños puedan recorrer tanto en camino como en el trayecto a recorrer para adaptar la marcha a sus necesidades.
La comida no puede ser copiosa ni pesada, pero suficiente para el trayecto, además de llevar agua y tener en cuenta la presencia de fuentes cercanas. Igualmente, se debe disponer de protección solar, aunque sea en invierno, y una gorra o visera para resguardarnos del Sol.
Debe incluirse un botiquín de primeros auxilios para atender los pequeños accidentes que puedan ocurrir: como arañazos, rozaduras o picaduras de insectos.
El otro aspecto importante que se debe asumir para disfrutar con toda comodidad y sin inconvenientes esa anhelada salida, es saber que no sirven las zapatillas deportivas como tampoco las botas de montaña rígidas y pesadas para los niños.
Sin duda, las zapatillas de trekking adecuadas, marcarán la diferencia, sorteando caídas, contusiones y brindando al niño la seguridad y confort que tanto necesita.
La suela: no debe de ser lisa, debe tener tacos sin ser muy rígida, debe poder doblarse manualmente. Mejor zapatilla que bota. Para caminar sin nieve y sin frío excesivo, la zapatilla de corte bajo es más cómoda y ligera.
Se recomienda que tenga defensa en la puntera para resguardar los dedos y que los niños no se lastimen si tropiezan. Y, por último: que se ajuste al pie: con un sistema de contención apropiada, que consienta ajustarse al pie sin soltarse.
La naturaleza tiene mucho que ofrecernos, nosotros y nuestros hijos podemos ser parte de ello. Disfruta y siente lo natural.
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