No se cuantas vidas tenía, ni se cuantas habré perdido ya... pero hoy estoy absolutamente seguro que he recuperado una.
La sensación de libertad al volver al monte, de salir a experimentar la naturaleza, con toda la fuerza que ahora se presenta, oír únicamente sus sonidos y el de tu propia respiración,... solamente el que lo ha vivido y percibido, lo siente y sabe de lo que le hablo.
Es un gran momento para aprovechar y subirse a este tren, el tren de la vida y el pleno disfrute de lo que os rodea. Disfrutar de la soledad en un entorno privilegiado, de tu esfuerzo y de tu propia voluntad descubriendo un mundo que se abre a tus pies y a tus ojos....
Tras toda esta temporada privados de cierta libertad, es un momento inmejorable para descubrir lo que se nos brinda muy cerca de nosotros y tal vez no hayáis encontrado el tiempo ni las ganas para lanzaros a ver que es lo que pueda haber.
Os invito a descubrir unos lugares y unas sensaciones que están muy cerca,... pero te llevan muy lejos.
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